Ganadería

Paro ganadero: se acató, pero no se cumplió

Por Ignacio Iriarte I Analista del Mercado de Carnes

Al finalizar el paro ganadero, la hacienda liviana de consumo, lejos de bajar, se afirma con valores inclusive superiores al momento previo al inicio de la medida de fuerza.

El cese de comercialización que se sintió mucho en el mercado de Liniers y en las ferias, donde el cese de actividades resulto casi total, fue un éxito relativo. Con casi un tercio del mes sin comercialización de ganado, la faena de mayo totalizó 964 mil cabezas. Esto es un 17 por ciento menos que igual en mes del año pasado, pero resulta una faena mucho más alta que lo que se estimaba, que era una matanza del orden de las 800 a 850 mil cabezas. “Se acata, pero no se cumple”, decían en la época colonial.

Se acumuló mucha hacienda en los corrales al anunciarse la medida de fuerza, y se faenó -especialmente en frigoríficos medianos y pequeños del interior del país- mucha hacienda proveniente de los corrales de engorde, propiedad de matarifes, de frigoríficos de consumo y hasta de los mismos feedloteros.

Los frigoríficos exportadores echaron mano también del considerable stock de novillos que tenían en feedlots propios o de hotelería. En pocas palabras, muchos “propietarios de hacienda” que integran la cadena de la carne, pero no son ganaderos tradicionales, terminaron mandando a faena hacienda de su propiedad.

Durante el paro ganadero hubo días de faena muy baja, pero hubo también jornadas en que la faena llegó a ser el 20 al 25 por ciento de lo normal. En los días previos a la finalización de la medida de fuerza, los envíos a faena se incrementaron claramente.

ALTERNATIVAS

El Gobierno habría comenzado a advertir que prohibir la exportación de vacas manufactura y conserva no contribuye en absoluto a bajar el precio de la carne de novillito y vaquillona al mostrador en Capital Federal y el Conurbano. Sin embargo, tampoco quiere reabrir las exportaciones rápidamente y que quede flotando en la opinión pública la idea de que las medidas oficiales fueron un fracaso o que el paro fue un éxito.

Se trabaja la reapertura sobre la base de la oferta por parte de la exportación de un importante volumen de cortes a precio fijo -por varios meses-, otro volumen significativo a “precios cuidados”, la prohibición de exportar algunos cortes populares y eventualmente -con esto escalaría el conflicto- una cuotificación de las exportaciones.

Como consecuencia del considerable stock de carne en cámara que había al principio del paro, y del acatamiento sólo parcial de la medida de fuerza, el desabastecimiento de carne fue muy bajo y sólo se sintió al final del período.

PRECIOS

El valor actual del novillito (300 a 390 kilos) en Liniers, a moneda constante, se ubica un 41por ciento por encima del promedio de los años 2005-2020. A moneda de hoy, el valor más alto de la serie se logra en marzo del 2011 (valor casi idéntico al actual), a la salida del ciclo de liquidación de existencias, con 209 pesos por kilo, y el valor mínimo en noviembre del 2008, en pleno proceso de destrucción de la ganadería, el equivalente a 90 pesos por kilo vivo.

En cuanto al precio real del ternero negro de invernada (180 a 200 kilos), resulta actualmente un 33 por ciento superior al promedio de los años 2005-2020, siempre a moneda constante. El valor máximo de la serie se logra en octubre del 2010, con 270 pesos de hoy por kilo, también al final de la liquidación, y el precio mínimo se ubica en diciembre del 2008, con 98 pesos de hoy por kilo.

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