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Son meses malos para la ganaderia

Por Ignacio Iriarte | Analista Mercado Ganadero

Una oferta alta de hacienda, pero no lo suficiente como para caracterizar la situación actual como franca liquidación ganadera, aunque de esta seca el país saldrá con un menor stock ganadero. En gran parte del país no ha llovido, o las precipitaciones han sido insuficientes, y la vaca está recibiendo servicio perdiendo peso y su estado corporal permite estimar una caída en la preñez del orden del 5-7%.

Esta zafra se adelantará a enero-febrero, con terneros 15-20 kilos más livianos que lo habitual. Son meses muy malos para la ganadería, con una menor producción de kilos (o de cabezas), menores ingresos en términos reales, y costos que han comenzado a crecer por arriba de la inflación.

Se observa una pérdida de capital, en cantidad de cabezas y en valor. Se han cortado o atrasado las recrías en gran parte del país, y cuando esta seca se revierta (¿enero-febrero?) dará lugar probablemente a un bache de oferta importante y a una retención generalizada.

Los precios reales del ganado siguen cayendo, erosionados por una inflación del 100% anual; el consumo se hace cargo de los volúmenes que la exportación ha dejado de demandar, pero a cambio de un fuerte recorte en los valores reales de la carne al mostrador.

China todavía no vuelve; se está exportando a este destino un 20-30% menos que los meses anteriores y a valores FOB un 35% inferiores a los del primer semestre. El mercado ganadero necesita lluvias generalizadas y abundantes, y que el gobierno chino modifique su estricta política de Covid-19 “0″, que está paralizando la economía.

¿Cuánto bajaron los precios de la hacienda en términos reales en los últimos meses? En el caso del novillo en Cañuelas, que tocó los $ 415 (a plata de hoy) en mayo último, la caída del precio es del 34% en seis meses.

Se observa una pérdida de capital, en cantidad de cabezas y en valor. Se han cortado o atrasado las recrías en gran parte del país, y cuando esta seca se revierta (¿enero-febrero?) dará lugar probablemente a un bache de oferta importante y a una retención generalizada. 

Los precios reales del ganado siguen cayendo, erosionados por una inflación del 100% anual; el consumo se hace cargo de los volúmenes que la exportación ha dejado de demandar, pero a cambio de un fuerte recorte en los valores reales de la carne al mostrador.

China todavía no vuelve; se está exportando a este destino un 20-30% menos que los meses anteriores y a valores FOB un 35% inferiores a los del primer semestre. El mercado ganadero necesita lluvias generalizadas y abundantes, y que el gobierno chino modifique su estricta política de Covid-19 “0″, que está paralizando la economía.

¿Cuánto bajaron los precios de la hacienda en términos reales en los últimos meses? En el caso del novillo en Cañuelas, que tocó los $ 415 (a plata de hoy) en mayo último, la caída del precio es del 34% en seis meses.

En cuanto a la invernada, el precio del ternero logró un máximo notable de unos $ 600 por kilo vivo (a plata de hoy) en marzo-abril pasado, mostrando una baja al día de hoy del 35% a moneda constante.

La hacienda liviana de consumo sufre no sólo la licuadora inflacionaria, sino también una baja de los valores del ganado en términos corrientes: el novillito de consumo vale hoy $ 25 a $ 30 por kilo menos que en mayo pasado. Desde el año 2005 a la fecha, no hay antecedentes de una caída del valor real de la hacienda (gordo e invernada) del 30-35% en menos de seis meses.

Por Ignacio Iriarte | Analista Mercado Ganadero

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