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Desconfianza, dólar y oportunidades

Por Salvador Di Stefano | Analista Económico y Director de AgroEducación

El gobierno no logra dar señales claras acerca del plan económico 2022, acuerdo con el FMI, política cambiaria y monetaria. El mundo se complica, suba de tasas y la cepa Omicrón nos acorralan. Todo lo que puede pasar en el primer trimestre del año en esta nota.

Las apariciones de noticias falsas sobre un eventual corralito generaron en el mercado una eventual corrida contra los bancos en donde los ahorristas fueron a buscar sus depósitos en dólares. Que una noticia falsa genere tamaña desconfianza no hace más que mostrar un gobierno débil, con instituciones que no aportan credibilidad, y una población que tiene pánico.

Un dólar blue en $ 203 y un dólar oficial en $ 101 con una brecha del 100% es otra muestra de gran desconfianza. Una brecha de este tipo es difícil de sostener en el tiempo.

Las reservas en el día de ayer cerraron en U$S 41.549 millones, cuando le pagamos al FMI los U$S 1.880 millones, las reservas se ubicarán por debajo de los U$S 40.000 millones, el 24 de agosto llegamos a tener un stock de reservas de U$S 46.318 millones. El gobierno no puede detener la salida.

En el año 2021 los intereses que pagaría por el stock de levas y pases se ubicaría en torno de los $ 1,3 millón de millones, el stock de deuda del Banco Central terminaría el año en torno de los $ 5,3 millón de millones. La base monetaria en $ 3,5 millón de millones.

El mercado observa números irreconciliables con la racionalidad, un alto déficit fiscal financiado con emisión monetaria, un acuerdo con el FMI que no se termina de definir y un escenario político que no cumple con las promesas que realiza. En resumen, el riesgo país se dispara, la economía no muestra buenas perspectivas para el año 2022.

Los mercados internacionales comenzaron a complicarse con la aparición de la nueva cepa Omicrón. La Reserva Federal de Estados Unidos actúa de oficio, dice que la inflación es un fenómeno permanente, estaría quitando estímulos a la economía y subiría la tasa, esto tendrá consecuencias.

El dólar podría revaluarse en este escenario, las materias primas serían más caras y las monedas de los mercados emergentes tenderían a devaluarse. En síntesis, nada que ayude a la pobre economía argentina que no tiene rumbo político y definiciones económicas.

Los bonos de la deuda argentina parecerían haber encontrado un piso, sospechosamente ayer subió YPF, algunos dicen que hay información confidencial que augura un pronto acuerdo con el FMI, noticia prometida en varias oportunidades y que por el momento no se confirma.

Las versiones de suba de retenciones a la carne, maíz y trigo siguen circulando en el mercado, hay una grita en el gabinete, Roberto Feletti no comulga con las ideas de Julián Domínguez, si hay retenciones alguien se terminara retirando del gobierno, si no las hay también es probable que alguien se retire del gobierno.

Comienza un diciembre para alquilar balcones, un acuerdo con el FMI habilitaría una suba del dólar oficial, se achicaría la brecha y mostraría una suba de bonos y acciones.

Postergar el acuerdo con el FMI nos llevaría invariablemente a un estancamiento en el dólar oficial, una brecha que seguiría creciendo, mientras que los bonos y acciones seguirían en el subsuelo esperando alguna noticia.

Lo que viene

El mes de diciembre es un mes en donde la liquidez abundará en plaza, habrá mucho dinero circulando, las fiestas impulsaran la venta y el dólar estará muy ofertado. Hay que vender dólares para pagar sueldos, aguinaldo y capital de trabajo para sostener las ventas.

Enero será todo lo contrario, habrá contracción monetaria, la demanda de dinero caerá, y si no hay señales fuertes en materia de política económica, el dólar subirá como un barrilete. El contexto internacional no ayuda para tener un verano tranquilo, si la sequía se profundiza los dólares que se proyectan como ingreso por la cosecha de la gruesa se evaporaran del escenario imaginario del gobierno.

Febrero es un mes muy corto, será de arduas negociaciones, hasta aquí se podría esperar un acuerdo con el FMI, desde este mes en adelante el abismo nos espera si no hay una estrategia de acuerdo.

Marzo nos recibe con fuertes vencimientos de deuda con el FMI y bonos en pesos ajustados por inflación, será la primera prueba de fuego del año 2022, renovar un fuerte vencimiento de deuda con el mercado y acordar con el FMI a 10 años con 4 de gracias.

Conclusión

La clase política está realizando un gran aporte a la confusión general cuando habla de candidaturas, internas y mezquindades políticas. Deberían trabajar para forjar un acuerdo con el FMI, conseguir financiamiento para todo el año 2022 y visibilizar un plan económico para marcarle el rumbo a los actores económicos.

El campo tiene buenos precios internacionales, mala prensa local, y altos impuestos que no le permiten rentabilizar lo necesario para seguir creciendo. La ganadería choca con un tipo de cambio bajado que la hace menos competitiva y salarios con poco poder de compra para incrementar la producción.

La industria con un costo de mano de obra competitivo logra aumentar exportaciones y se dinamiza en el mercado interno. No sucede lo mismo con el rubro comercio, como tampoco con el sector esparcimiento.

Habrá mucho turismo en el mercado interno, viajar al exterior es prohibitivo, esto nos debería permitir partir de un nivel de actividad un poco más alto en el primer trimestre del año, no sabemos si será sustentable para todo el año 2022.

Necesitamos previsibilidad, con poco se hace mucho, el problema es que la coalición gobernante no sabe el camino a tomar, y la oposición no marca rumbos. En síntesis, el viento sopla, pero no sabemos cómo orientar la vela. Animo, el dólar blue está muy caro, y los activos argentinos a precio regalo, diversificar es la consigna.

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