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Escenario + difícil que 2001. Ojo hiper

Por Salvador Di Stefano | Director de AgroEducación

La Argentina no cuenta con superávit fiscal primario como el año 2001, una devaluación nos podría llevar a una hiperinflación. Cuidado!

La economía argentina ingresa en un escenario de fragmentación política similar al vivido en el año 2003, con un problema estructural de la economía que es más grave que en el período 2001/2003.

En las elecciones del año 2003 el ganador fue Carlos Menem con el 24,45% de los votos, en segundo lugar, Néstor Kirchner con el 22,25% de los votos, tercero Ricardo Lopez Murphy con el 16,37% de los votos, cuarto Adolfo Rodríguez Saa con el 14,11% de los votos y quinta Lilita Carrió con el 14,05% de los votos. Hasta aquí 5 candidatos con el 91,23% de los votos. 

Esta fragmentación es un escenario probable para las elecciones del año 2023, dada las circunstancias políticas que viven las distintas agrupaciones políticas, en donde pesa más el personalismo que los programas de gobierno. 

Recordemos que en el año 2003 fue electo presidente Néstor Kirchner ya que Carlos Menem no se presentó a una segunda vuelta y tuvo que gobernar con un Congreso fragmentado, aunque alineó a toda la estructura peronista en su beneficio, que sumaba el 60,81% de las voluntades. 

En materia económica, entre los años 2001 y 2003, Argentina tenía déficit fiscal por el pago de intereses de la deuda heredada de la convertibilidad, sin embargo, el país tenía superávit primario, esto implicaba que ingresos menos egresos daba un resultado positivo. Este le permitió a Eduardo Duhalde un gran margen de maniobra ya que devaluó el signo monetario y no se espiralizaron los precios a la suba. 

En la actualidad, entre los años 2021 y 2023 Argentina registra fuerte déficit fiscal primario, esto implica que ingresos menos egresos tiene resultado negativo, que financia con emisión monetaria porque nadie le presta dinero a la Argentina. Si, en este momento, el gobierno decide devaluar el signo monetario con el fuerte déficit presupuestario y emisión, es muy probable que la economía se encamine a un evento de hiperinflación.

El carro delante del caballo

Se recomienda no poner el carro delante del caballo, en la economía argentina debemos, inexorablemente, ir a un ajuste presupuestario, y posteriormente, buscar el punto de equilibrio ideal del tipo de cambio. Ir por el camino inverso nos llevará a un problema de difícil solución. 

Argentina tiene ingresos fiscales por el equivalente a 17,7% del PBI, mientras que los gastos corrientes suman el 18,3% del PBI y los gastos de capital el 1,7% del PBI. Esto implica que tenemos un déficit primario del 2,3% del PBI. Argentina, antes de tomar medidas cambiarias, debería encaminar o resolver este déficit crónico que tiene desde el año 2011. 

Nuestro país paga en la actualidad intereses por el equivalente a 2,0% del PBI, esto implica que gasta más en el pago de interés que en gasto de capital (rutas, puentes e infraestructura en general) que resulta vital para mejor la logística de la producción. 

Conclusiones

El próximo gobierno deberá trabajar para realizar un duro ajuste presupuestario y, al mismo tiempo, trabajar sobre la política monetaria y cambiaria. No podemos devaluar y luego ver qué sucede con el presupuesto. 

La fragmentación política es similar en la actualidad que en el año 2003, los personalismos superan a las propuestas de gobierno y todo se basa en descalificaciones. Si prospera la fragmentación será difícil a futuro lograr mayorías parlamentarias para los cambios estructurales. 

En materia económica, en los años 2001 al 2003 el país tenía superávit primario y llegaba a un déficit elevado por el pago de intereses de la deuda. En la actualidad tenemos déficit primario y esto no da margen de maniobra a una devaluación importante de la moneda, porque esto abriría el camino a una hiperinflación. 

La fuerte suba de las acciones y bonos de esta semana es el correlato de una búsqueda de cobertura de los excedentes financieros. Un país que tiene cero reservas reales muestra bonos que tienen tasas negativas, debido a la falta de cobertura ante un eventual espiral inflacionario o devaluación del signo monetario. Esto es una muestra de que en Argentina los patos le tiran a la escopeta. 

El país se encuentra ante un desafió distinto a los vividos años anteriores, no se pueden aplicar recetas ya conocidas. Los emprendedores necesitan que les devuelvan la rentabilidad que le fue cedida al Estado. Sin una baja de gastos e impuestos, será difícil salir de la recesión actual. La devaluación por la devaluación misma no es el camino.

Por Salvador Di Stefano | Director de AgroEducación

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