Ganadería

El desafío 2021 de la invernada: recriar o terminar con menos granos

Por Ignacio Iriarte I Analista del Mercado de Carnes

Con una relación maíz/carne muy desfavorable, muchos productores están intentando vender sus recrías como invernada, evitando así el alto costo del encierre y de la terminación a corral.

Un repaso por la coyuntura de las principales categorías de hacienda de la Argentina permite llegar a las siguientes conclusiones:

Vacas. Aunque la faena de esta categoría viene bajando de manera sostenida desde mediados del año pasado, es muy probable que el stock al 31 de diciembre pasado registre una nueva caída, esta vez de entre 200 mil y 300 mil cabezas.

Por la valorización creciente del precio del ternero; de la vaca gorda, conserva o manufactura; y de la misma hembra como reproductora; desde hace meses se advierte que la matanza de esta categoría se ubica en niveles de equilibrio. Además, hoy se sacrifica un número mucho menor de vacas preñadas que en el pasado reciente, especialmente en relación a 2019.

En este momento, la faena de vacas es baja por los efectos de la seca, que eleva la retención, y por la estacionalidad, que marca que en enero-febrero la oferta de esta categoría es la más baja del año, un 24 por ciento menor, por ejemplo, que en mayo-junio de 2020.

También inciden los buenos precios que tiene hoy la cría. Por eso es que ya no estaríamos en una etapa de liquidación de stock, al menos de esta categoría.

Vaquillonas. La faena de esta categoría se mantuvo el año pasado en los altos y peligrosos niveles de 2019: 3,6 millones de cabezas. Este volumen llevó hace dos años a una caída del stock de esta categoría de unos 200 mil animales, cifra que se habría repetido en 2020.

En este marco, la reducción en la faena de los últimos dos meses obedecería no sólo a los efectos de la sequía sobre la etapa de recría, sino también a la menor cantidad de hacienda encerrada por los feedlots a partir de la primavera pasada, debido a la suba del precio del maíz.

Analizando la evolución de la matanza de vaquillonas, es difícil sacar algún indicio sobre el posible cambio en la dirección del ciclo ganadero: la faena de diciembre y de enero sigue todavía –a diferencia de la de vacas– por encima de los niveles de equilibrio.

Novillos. Después de un 2020 en que la faena de esta categoría experimentó una leve recuperación, luego de años de retroceso, la oferta hoy está complicada. Como consecuencia de la seca, las recrías se atrasaron y la actual relación “carne/grano” reduce al mínimo la suplementación o los días de terminación a corral.

Esta generación de “nuevos” novillos saldrá probablemente muy atrasada, unos tres o cuatro meses después de lo normal. Muchos productores están intentando vender sus recrías como invernada, evitando así el alto costo del encierre y de la terminación a corral.

Las invernadas en la Argentina, de la mano de una relación carne/maíz muy favorable, se habían acortado muchísimo y ahora deben enfrentar el desafío de recriar o terminar sin el generoso uso del grano que se registraba hasta hace poco.

El faltante de novillos pesados determina que algunos frigoríficos exportadores hayan vuelto a encerrar novillitos de entre 250 y 300 kilos en feedlots de hotelería: se pierde dinero, pero más se pierde con las playas de faena vacías. La estacionalidad de la oferta de novillos (2015-2019) es muy leve y marcaría hoy para julio próximo un índice 105, contra un nivel 100 de enero.

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