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Desequilibrio macro, falta de propuesta para el campo

Por Salvador Di Stefano | Analista Económico y Director de AgroEducación

Las reservas son escasas, el cierre de importaciones potencia la inflación, esto implica suba de tasas y más déficit. El campo lejos de liquidar, dólar al palo. 

El gobierno nacional ha adoptado una serie de medidas que nos está llevando a un mayor desequilibrio macroeconómico, que impactan en una mayor contracción económica. 

El desequilibrio de las cuentas externas obligo al gobierno a un ajuste que permitan tener un resultado superavitario en la balanza de dólares, y de esta forma ponerle un piso a las reservas brutas del Banco Central que se ubican en torno de los U$S 37.000 millones. 

El gobierno nacional profesa como una religión atrasar el tipo de cambio, compro la idea de que una suba del tipo de cambio podría generar una inflación desordenada de precios, y sigue corrigiendo el tipo de cambio mayorista a un ritmo menor a la inflación. En el mes de junio la tasa de crecimiento se ubica en torno del 5,7% mensual, la inflación del mes podría ser superior al 6,0%. Sin embargo, para lograr un superávit de dólares que le permita incrementar las reservas, está trabajando para restringir las cantidades importadas. 

La restricción de las cantidades importadas hace que el mercado se quede con menos cantidad de mercadería, lo que obligadamente nos muestra una contracción en materia económica. Como el faltante de mercadería es manifiesto, muchos agentes económicos han salido a importar poniendo los dólares de su bolsillo, lo que implica que muchos productos importados están costeados al dólar contado con liquidación, lo que implico una suba de precios desde el valor del dólar mayorista en $ 137 a los $ 300 del dólar puesto en el exterior. Esto sin duda va a generar una mayor inflación en la economía.

La inflación está viajando a niveles del 6,0% mensual, esto implica que proyectada a 12 meses se ubicaría en torno del 100% anual. Con este escenario por delante, la tasa de interés de plazo fijo del 69,5% anual no luce atractiva. Tampoco el rendimiento de la letra de tesorería a 97 días del 88,0% anual, o las letras que ajustan por inflación y pagan una tasa negativa del 10,5% anual a 90 días. Con letras y plazo fijo en pesos que rinden menos que la inflación proyectada, todos los caminos conducen al dólar, si tenes una empresa, lo más rentable es tener mercadería. 

Esto no muestra que hay una conexión directa entre el faltante de dólares en la economía, la inflación y la tasa de interés, lo que nos muestra una dinámica negativa, que nos lleva a un círculo vicioso de la economía. En resumen, el problema principal de esta economía es la inversión, esto no genera atracción de divisas para hundir en el país, no hay nuevos empleos y la recaudación tributaria sigue estancada. No llegan dólares, se cae la demanda de pesos y la inflación se espiraliza en forma preocupante. 

El resultado fiscal del mes de julio luce positivo, el gobierno logro al menos por un mes que los ingresos superen a los gastos, si bien no se difundió la información detallada, suponemos que hubo fuertes recortes en las partidas presupuestarias en busca de lograr un menor déficit fiscal. Por otro lado, el gobierno se ha comprometido a que no emitirá pesos para financiar el déficit, con lo cual todos los esfuerzos se van a centrar en conseguir financiamiento en el mercado de pesos.

Como sigue la película

El gobierno buscara reformular el acuerdo con el FMI, en busca de mayores desembolsos que le permitan fortalecer las reservas, y lograr que el dólar no siga su marcha alcista. 

Paralelamente el gobierno tramita un acuerdo con China para conseguir un swap que le permita tener más liquidez y afrontar compromisos de comercio exterior. También se trabaja en la llegada de inversiones chinas que incrementen las reservas liquidas. 

La posibilidad de un préstamo internacional contra la garantía de bonos parecería estar caída, dada la debilidad en las cotizaciones de los títulos nacionales, por otro lado, el fondo soberano árabe parecería no tener interés en financiar a América Latina, de Argentina ni hablar. 

El gobierno no desea poner tipos de cambios múltiples, pero de echo nos lleva a ese escenario al limitar cantidades. Hoy tenemos un dólar comercial que es le dólar mayorista en $ 137 y un dólar financiero que es el contado con liquidación a $ 300, con una brecha insostenible del 120% que nos genera un desequilibrio en las cuentas monetarias.

Una inflación que se proyecta en el 100% anual, y tasas que podrían superar dicho nivel no hacen que llenar de incertidumbre el escenario futuro, en donde aparece un año 2023 en donde la caída de actividad estaría asegurada, ante tanto desorden monetario y fiscal, como también por una sequía que potenciaría la recesión.

Bonus track campo

El gobierno no ha ofrecido nada concreto al campo para que liquide los 19,8 millones de toneladas de soja que le quedan de la campaña 2021/22. Los rumores de una liquidación de soja a dólar bolsa son más una expresión de deseos que una realidad. La soja hoy vale $ 53.000, si se liquidara a dólar bolsa valdría $ 112.600. Si ello ocurriera y se liquidaran a precios de hoy 3 millones de toneladas, ingresarían a las arcas del Banco Central U$S 1.164 millones, y la entidad debería emitir la friolera de $ 349.200 millones que representarían 8,2% de la base monetaria, esto implicaría que el Banco Central debería absorber estos pesos para que no generen una suba en los precios en el mercado. Este monto representaría un 5,1% del stock de leliq y pases por el cual el Banco central pagaría una tasa del 69,5% anual. En resumen, el costo de capturar U$S 1.164 millones es muy alto para el gobierno, dado que debería emitir mucho dinero, los agentes económicos no desean demandar estos pesos, y debería retirarlo pagando una tasa de interés carísima. Creo que el gobierno no tiene respuestas para el campo, y la propuesta de dólar soja por la cual se liquida el 30% a dólar ahorro y el resto en pesos no emociona al productor, no lo entiende y prefiere esperar mejores precios futuros. En Chicago esta semana estamos viendo como la soja se arrima a los U$S 600 la tonelada, mientras que el maíz y el trigo a los U$S 300.

Por Salvador Di Stefano | Analista Económico y Director de AgroEducación

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