CapacitaciónDestacadosNovedades

Lechería en Nueva Zelanda y el Rol de la Cooperativa LIC

El presente resumen está basado en la presentación de Barry Allison, responsable para América Latina de LIC (Livestock Improvement Corporation), realizada en el marco de la recorrida del grupo de AgroEducación por Nueva Zelanda y Australia.

La lechería es una de las actividades más relevantes de la economía neozelandesa, con exportaciones que superan los 23 mil millones de dólares neozelandeses anuales. El país produce cerca del 40% de la leche comercializada en el mundo, con una marcada orientación a la exportación de leche en polvo entera, manteca, suero, proteínas lácteas y quesos. Los mercados más importantes son Asia, África y Norteamérica, y el precio de referencia está fuertemente influido por la demanda de China. La cooperativa Fonterra, que procesa alrededor del 80% de la producción, domina el mercado y establece gran parte de las condiciones de pago a los productores.

En cuanto a genética, la raza predominante es el Kiwi Cross, una cruza entre Holstein Friesian y Jersey que combina productividad en litros con eficiencia en sólidos lácteos y mejor adaptación al sistema pastoril. La selección no está orientada a exposiciones, sino a la rentabilidad práctica del tambo y a la calidad de leche que demanda la industria exportadora.

Los sistemas de producción se clasifican del Sistema 1 al 5, según el nivel de suplementación. El Sistema 1, exclusivamente a pasto, representa un 5% de los tambos, mientras que el Sistema 3 (pastoreo con suplementos estratégicos) es el más frecuente, utilizado por alrededor del 40% de los productores. Los sistemas intensivos, como el 5, se asemejan a esquemas estabulados de otros países. Más allá de la modalidad elegida, los resultados económicos suelen ser comparables: lo que marca la diferencia es la calidad del manejo.

El precio de la leche ronda actualmente los 10 dólares neozelandeses por kilo de sólidos lácteos (unos 8,8 dólares estadounidenses). El esquema de pago se realiza en forma mensual parcial (aproximadamente un 75% del estimado) y se ajusta al final de la campaña, lo que permite cierta previsibilidad financiera para planificar inversiones, aunque siempre sujeta a las condiciones internacionales.

En este contexto, la cooperativa LIC (Livestock Improvement Corporation) desempeña un papel central. Con 9.000 socios tamberos y presencia en todo el país, brinda servicios de genética, inseminación artificial, control lechero y software de gestión. Cada temporada, más de 1.700 técnicos inseminadores trabajan directamente en los tambos, llegando a distribuir alrededor de 125.000 pajuelas de semen por día en el pico de la campaña. El 60% corresponde a semen fresco para uso local y cerca del 40% se exporta como semen congelado, siendo Argentina uno de los principales destinos.

El objetivo reproductivo es claro: lograr que el 76% de las vacas estén preñadas en seis semanas, mediante detección natural de celo, sin recurrir a hormonas ni sincronización masiva. Además, LIC impulsa programas de control lechero que permiten identificar las mejores vacas para asegurar la calidad genética futura de los rodeos.

En síntesis, la experiencia neozelandesa expuesta por Barry Allison muestra un modelo en el que cooperativismo, genética y organización productiva se combinan para garantizar eficiencia y competitividad global. Un esquema en el que la vaca no se piensa para la pista, sino para el mercado, y en el que la simplicidad de manejo y la visión exportadora se consolidan como claves del éxito.

↓ CURSO DE POSTGRADO EN AGRONEGOCIOS 2025/26 ↓
TODAVIA ESTAS A TIEMPO

Publicaciones relacionadas

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

whatsapp icono