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En la competencia de monedas hay un ganador

Por Salvador Di Stefano | Director de AgroEducación

El peso hoy no es la moneda elegida para ahorrar dada la baja tasa de plazo fijo que pagan los bancos, la inflación le gana a la tasa, pero a futuro hay una ganga.

En la economía siempre las monedas compiten, en la actualidad el peso compite con el peso ajustado por inflación, si proyectamos la inflación un año creemos que se ubicaría en torno del 133,1% anual, y si colocamos pesos en un plazo fijo tradicional nos pagaría una tasa nominal anual del 75% que representaría una tasa efectiva del 107,0% anual, claramente en esta competencia ganarían los pesos ajustados por inflación.

La tasa de devaluación está subiendo a un ritmo menor a la tasa de inflación, la devaluación mensual lo que hace a un ritmo del 2,0%, sin embargo, el dólar futuro que es el precio del dólar más una tasa de interés, aumenta a una tasa implícita del 73,4% anual, si comparamos esta tasa con las anteriores, llegaremos a la conclusión que el dólar mayorista no compite contra la tasa de inflación que está en 133,1% anual, y tampoco con la tasa de plazo fijo que se ubica en el 107,0% anual.

Los dólares alternativos no parecen ser competencia en esta carrera, el dólar MEP culmino en $ 1.027,63, a fin del año 2023 estaba en $ 995, y si proyectamos subjetivamente su valor a futuro, daría la impresión que tampoco le ganaría a la inflación, para copiar la suba de los precios debería estar dentro de un año en $ 2.395 y no parece que vaya a alcanzar dicho valor.

Queda claro que, por lo visto hasta ahora, en la competencia de monedas, el peso ajustado por inflación le saca enormes ventajas al resto de las monedas, es más el peso colocado a plazo fijo obtendría una tasa negativa del 11,2% anual.

Dentro de los instrumentos a elegir para invertir en esta coyuntura haremos foco en dos tipos de instrumentos, los bonos en pesos ajustados por inflación, y los bonos soberanos.

Los bonos en pesos ajustados por inflación son una gran familia, la tesorería (el gobierno nacional) eligió esta moneda para endeudarse, por ello en el último canje de deuda solo oferto 4 títulos ajustados por inflación, con pago del capital a su vencimiento, y dejando a un costado las erogaciones parciales de amortizaciones e intereses, dándole un desahogo al flujo de fondos de la tesorería. Con el último canje, el gobierno vuelve a pagar bonos a parir de diciembre del año 2025, hasta dicha fecha tiene el camino despejado de vencimientos, al menos en la parte de títulos que canjeo.

Un bono en pesos ajustado por inflación como el TX26 tiene una tasa de retorno negativa del 8,5% anual, lo que la ubica muy cerca del punto de equilibrio que es la tasa negativa del 11,2% anual del plazo fijo. El TX28 tiene una tasa de retorno negativa del 6,7% anual, de allí que tiene por delante un mayor recorrido.

Esto sucede porque el Banco Central dejo flotar la tasa de plazo fijo, no fijando una tasa mínima. Si el gobierno dejara flotar la tasa de política monetaria, lo que sucedería es que el mercado naturalmente buscaría su punto de equilibro en una tasa de interés positiva contra la inflación, lo que haría derrumbar a los bonos en pesos ajustados por inflación, ya que tratarían de que su paridad se ubique en un precio en donde la tasa de retorno pase de negativa a positiva, y esto aplicaría niveles de paridad más bajos.

Sin embargo, en el corto plazo estamos observando una suba de los bonos en pesos ajustados por finalicen, esto se debe que ante la fuerte baja de la tasa de plazo fijo, muchos inversores buscan refugiarse en fondos comunes de inversión que prometan una mayor renta a futuro, de esta forma eligen fondos que contienen bonos en pesos que ajustan por inflación, y esto activa la mayor demanda de estos títulos. Hay que seguir de cerca las valoraciones de los bonos y sus tasas de retornos, ya que, si alcanzan niveles superiores a la tasa negativa de plazo fijo, estaríamos observando una sobrevaloración en los precios de mercado.

Un segundo instrumento a tener en cuenta son los bonos soberanos en dólares, el AL30 vale U$S 48,50, y tiene una tasa de retorno del 28,7% anual, si la tasa de interés en pesos fuera positiva contra la inflación, y el Banco Central dejaría de intervenir en el precio de la tasa de interés, muchos inversores se volcarían a este título, que tiene muchas posibilidades de aumentar su paridad en el corto plazo. Por otro lado, a suba de las reservas del Banco Central convalidan una suba de las paridades de la deuda argentina. El bono AL30 si mejoraría su calificación podría valer U$S 63 y mostrar una tasa interna de retorno del 17,0% anual, o U$S 66 y mostrar una tasa interna de retorno del 15% anual. Por lo tanto, es un título que te puede dejar una ganancia de paridad entre el 33,0 y 36,0% en dólares si Argentina recibe un préstamo que la haga retornar a los mercados de deuda, o firme un nuevo acuerdo con el FMI con desembolsos de fondos frescos.

Conclusión

-En la competencia de monedas, por ahora el peso es el gran perdedor, en la coyuntura el peso ajustado por inflación es el gran ganador, y el dólar billete podría ser la opción a futuro apostando a los bonos soberanos de la deuda argentina, ya sea bajo ley nacional o extranjera. El dólar billete en todos estos escenarios dejo de ser objeto de deseo. La nueva ganga son los bonos soberanos de argentina, en especial los que vencen a largo plazo, pero esto lo dejamos para otra nota

Por Salvador Di Stefano | Director de AgroEducación

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