El comercio internacional de commodities agrícolas: un mercado abierto y competitivo

Por Ivo Sarjanovic | Asesor Granario Profesor de Commodities Agrícolas de la Universidad de Ginebra
En los debates sobre el comercio internacional de alimentos, es común escuchar que unas pocas grandes empresas controlan los flujos mundiales y, con ello, los precios. Sin embargo, un análisis más detallado muestra un mercado dinámico, abierto y crecientemente competitivo, donde la rivalidad emprendedora y la innovación definen las reglas del juego.
Los mercados de commodities agrícolas, a diferencia de otros sectores más concentrados, tienden a ser abiertos. Los emprendedores pueden ingresar, competir, identificar oportunidades de arbitraje e intentar obtener ganancias, pero solo si ofrecen algo mejor, más rápido o más eficiente que los incumbentes. Esta apertura genera una presión competitiva constante, reflejada en márgenes ajustados —aún más delgados si se considera el riesgo. Las empresas entran y salen continuamente: nuevos emprendimientos, quiebras, desinversiones y adquisiciones. Como el capital requerido para participar físicamente en este comercio es relativamente modesto —a diferencia del energético—, el sector sigue siendo muy dinámico y con fuerte presencia emprendedora.
Sin embargo, en algunos círculos persiste la idea de que cualquier desviación del modelo teórico de competencia perfecta constituye un fallo del mercado. Esta visión es errónea. Los mercados reales no son equilibrios estáticos, sino espacios en constante evolución impulsados por el descubrimiento emprendedor. En la práctica, pocos mercados funcionan bajo un esquema de competencia perfecta. Más bien, operan dentro de marcos institucionales diversos, con empresas que entran y salen, crecen o se retraen, y se adaptan a información dispersa.
Desde esta perspectiva, la competencia no se define únicamente por el número de empresas o por índices de concentración, sino como un proceso dinámico de rivalidad emprendedora en busca de nuevas eficiencias, oportunidades de arbitraje e innovación. Lo importante no es cuántas empresas hay, sino cuán abierto está el mercado a nuevos participantes e ideas: qué tan disputable es.
Estructura y dinámica de la cadena de valor
Para entender bien el entorno competitivo, es clave distinguir tres segmentos del comercio internacional de commodities agrícolas:
Originación (del campo al puerto FOB)
En países exportadores como Estados Unidos, Canadá, Argentina, Brasil, Rusia, Ucrania, Australia y Europa, coexisten actores globales, regionales y locales que compiten por abastecer tanto la demanda interna como la de exportación. Las participaciones de mercado varían según la geografía, con jugadores clave como AMaggi (Brasil), Molinos Río de la Plata y Aceitera General Deheza (Argentina), Invivo (Francia), CHS (EE.UU.), Demetra (Rusia), y Nibulon y Kernel (Ucrania). Además, en cada país operan molinos harineros y de alimentos balanceados, plantas de biocombustibles, feedlots y otros actores que contribuyen a la competencia.
Mercados de destino
En los países importadores, procesadoras multinacionales y regionales conviven con una amplia variedad de empresas locales. En Japón destacan las shōsha (traders japonesas); en Corea del Sur, grandes conglomerados coreanos; en China el panorama es más fragmentado, con múltiples actores además de COFCO y Sinograin. Otros jugadores relevantes son Invictus y Al Ghurair en África del Norte y Medio Oriente, Enerfo en el sudeste asiático, y Cefetra en Europa. Lejos de estar dominados por un puñado de gigantes globales, estos mercados muestran una competencia vibrante y regionalizada.
↓ CURSO: LIDERAZGO Y RESOLUCIÓN DE CONFLICTOS EN EMPRESAS FAMILIARES↓
VIERNES 13 DE JUNIO – 14 HS | GUSTAVO PICOLLA

Comercio internacional (de FOB a C&F)
Este es el segmento más visible. En 2024, un informe de EY para el Comité de Agricultura de la Unión Europea estimó que las llamadas empresas ABCD (ADM, Bunge, Cargill y Louis Dreyfus) manejaban entre el 50 % y el 60 % del comercio mundial de cereales, oleaginosas, cultivos proteicos y azúcar. Sin embargo, esa estimación sobrestima su participación, ya que utiliza como numerador las ventas totales (incluyendo transacciones en otras etapas de la cadena), y no solo los flujos de exportación marítima (FOB a C&F). Además, muchas de estas empresas comercian productos no incluidos en el denominador utilizado por el informe.
El flujo total FOB-C&F de las ABCD ronda entre 225 y 250 millones de toneladas. A estas se suman COFCO International, Olam, Wilmar y Viterra, que aportan entre 170 y 190 millones de toneladas más. En conjunto, las ocho principales empresas alcanzarían entre 400 y 440 millones de toneladas, en un contexto de comercio marítimo agrícola mundial de aproximadamente mil millones de toneladas. Por lo tanto, las ABCD representarían alrededor del 25 %, y las ocho mayores entre el 40 % y el 45 %, lo que revela un mercado competitivo y lejos de cualquier cartelización.
Evolución de la concentración
Contrario a la percepción de creciente concentración, el análisis sugiere que la participación de mercado de los grandes jugadores se está reduciendo gradualmente. Actores regionales y locales siguen ganando terreno. Un desarrollo clave ha sido el ascenso de COFCO International. En paralelo, empresas rusas y ucranianas han asumido un rol dominante en las exportaciones desde el Mar Negro, y compradores regionales incrementan su presencia en las compras FOB.
Un estudio reciente —Dynamic Changes in the Structure and Concentration of the International Grain and Oilseed Trading Industry, de Wilson, Bullock y Dubovoy (2025)— confirma esta tendencia: el sector es cada vez más dinámico y menos concentrado.
Además, la mayoría de las empresas cotizadas de trading agrícola tienen un valor de mercado cercano a su valor de libro, con múltiplos modestos. Esto sirve como referencia para estimar el valor de firmas privadas. Según estas referencias, se estima que las ocho principales empresas ABCD+ suman unos 150.000 millones de dólares en capitalización. A modo de comparación: Chevron vale unos 250.000 millones, Nestlé unos 230.000, y PepsiCo unos 200.000 millones. Es decir, adquirir las ocho mayores firmas de trading agrícola costaría apenas dos tercios del valor de Nestlé. Esto invita a reflexionar sobre qué significa realmente “ser grande” en este sector.
Ganancias y volatilidad
Las ganancias del comercio de commodities agrícolas están estrechamente ligadas a la volatilidad del mercado y a interrupciones repentinas en los flujos comerciales, que generan ajustes en los precios y oportunidades de arbitraje para quienes poseen mejor capacidad analítica e interpretativa.
Paradójicamente, las condiciones turbulentas suelen ofrecer mejores oportunidades comerciales, mientras que los entornos estables tienden a reducirlas. Sin embargo, cuando la volatilidad es provocada por factores políticos erráticos —como las guerras comerciales durante la era Trump—, los participantes tienden a reducir su exposición.
Por otra parte, las ganancias no siempre derivan directamente del libre mercado. El intervencionismo estatal y decisiones políticas, como cambios regulatorios en el área de los biocombustibles, pueden alterar radicalmente la rentabilidad.
Además, es importante analizar las cifras agregadas con cautela. Las empresas del sector tienen modelos de negocio muy diversos: algunas son traders puros, otras diversificadas en ganadería, biocombustibles o productos al consumidor. Agrupar todas en una misma categoría puede llevar a conclusiones erróneas.
Otro error frecuente es comparar ingresos históricos sin ajustar por inflación. Una empresa que ganó 1.000 millones de dólares en 2010 necesitaría hoy unos 1.500 millones para igualar esa cifra en términos reales.
En términos reales, el sector ganó menos entre 2020 y 2023 que durante el ciclo de altos rendimientos de 2008 a 2012. Y aquellos resultados se lograron con menos inversión, por lo que el retorno sobre capital fue más atractivo. Además, como los volúmenes operados han crecido en los últimos 15 años, las ganancias por unidad naturalmente han disminuido.
Analizando los ciclos recientes: hubo buenas ganancias entre 2008 y 2012; un período más austero de 2013 a 2019; volatilidad resurgente con la guerra comercial entre Estados Unidos y China; una fuerte disrupción durante la pandemia de COVID-19 en 2020; y un pico con la invasión rusa a Ucrania en 2022. Actualmente, el sector ha retornado a un entorno más normalizado.
Una competencia real
Si los traders tuvieran realmente el poder de mercado que algunos les atribuyen —pudiendo ampliar márgenes, pagar menos a productores y cobrar más a los clientes—, ¿por qué sus ganancias son tan cíclicas? ¿Por qué deben reinventarse constantemente con nuevos modelos y ajustes operativos para alcanzar sus metas?
Más que un oligopolio rígido, el comercio agrícola internacional es hoy un mercado abierto, competitivo y en constante evolución.
Por Ivo Sarjanovic Asesor Granario Profesor de Commodities Agrícolas de la Universidad de Ginebra
Extracto del libro Conversaciones sobre commodities – Una introducción al comercio de productos agrícolas de Jonathan Kingsman
