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Las lluvias pueden cambiar la situación del mercado

Por Ignacio Iriarte | Analista Mercado Ganadero

Las lluvias, de repetirse y generalizarse, pueden cambiar la situación actual del mercado.

La oferta de gordo y de invernada es alta, porque el ganadero se ha quedado sin campo y porque el encierre a corral o la suplementación intensiva tienen números muy negativos.

Pero si el ganadero pudiera elegir, después de varios meses de atrasar o directamente parar la producción de carne, optaría por retener todo lo posible y recuperar todo el tiempo perdido y todos los kilos no producidos.

En seis meses, y a partir de precios muy altos, los costos de producción han subido un 40% y los valores del ganado han perdido el 5-10% en pesos corrientes, pero si lloviera en forma abundante y generalizada se registrará una retención marcada, porque pese a la baja en los valores de la hacienda el ganadero sigue apostando a la producción.

En las zonas ganaderas donde ha llovido, la oferta de gordo o de invernada se ha retraído mucho; cuando la producción ganadera se ponga en marcha nuevamente, se entonará el mercado de invernada –hay muchas compras postergadas– y se recuperarán los valores del gordo, aunque parcialmente: el mercado interno está agotado como nunca se vio en los últimos 20 años y la demanda china se ha caído, por ahora más en precios que en volúmenes.

Es un mercado climático: si llueve bien, se podrá recuperar gran parte de lo perdido en materia de precios reales.

PRECIOS RELATIVOS

Desde fines de 2019, inicio de la administración de los Fernández, el Índice de Salarios Registrados (Indec) subió un 217%, mientras que la inflación fue del 232%.

También ha empeorado la relación entre salarios y precios de la carne vacuna al mostrador, la cual ha subido un 277% desde fines de 2019, con un 16% menos de poder de compra –en términos de carne– de los asalariados registrados desde diciembre de 2019.

Están atrasados los salarios, pero mucho más atrasado está el tipo de cambio neto –que nos vincula con el mercado internacional– en términos reales, que desde diciembre de 2019 ha subido sólo un 139% frente a una suba del IPC del orden del 232%.

Entre febrero del 2021, momento en que el Gobierno tomó la decisión de atrasar la evolución del tipo de cambio frente a la inflación, el dólar subió un 73%, mientras que la inflación fue del 148%.

ATRASO CAMBIARIO

En los últimos dos años, la fuerte suba de los precios FOB permitió a los frigoríficos exportadores compensar el atraso cambiario: en términos de la moneda doméstica, todo lo que se ganaba por una mayor facturación en dólares se perdía por el atraso en el valor real del dólar-carne.

Ahora que los precios internacionales han caído, el fuerte atraso cambiario queda en descubierto, quitándoles competitividad a nuestras exportaciones de carne vacuna.

Desde principios de 2021, estamos sufriendo –una vez más– inflación en dólares. No parece que el Gobierno quiera –ni pueda– resolver en el corto plazo el atraso cambiario.

INTERNACIONAL

Desde mediados de año, han venido cayendo tanto los precios internacionales de la carne vacuna como la cotización del ganado en la mayoría de los principales países exportadores.

Desde los picos de marzo-abril, los valores de importación de China han caído no menos de un 30%, y los valores de importación de Europa, como es el caso del R&L Hilton, han caído un 40%.

Por Ignacio Iriarte | Analista Mercado Ganadero

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