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Propiciar el Desarrollo para alcanzar el equilibrio

Por Marianela De EmilioIng. Agr. Msc. Agronegocios – INTA Las Rosas

El principal objetivo del actual gobierno es alcanzar equilibrio fiscal, es decir, que las cuentas dejen de resultar en déficit. Como primera medida para lograrlo se propuso achicar gastos y elevar los ingresos, estos últimos principalmente de mano del sector agropecuario, a través de exportaciones.

Según registros de las últimas dos décadas, el agro aporta más del 20% del PBI argentino, habiendo incluso superado el 25%, lo que trajo titulares como “Uno de cada cuatro Dólares producidos en la economía argentina, es aportado por el agro”. Se espera el informe del INDEC esta semana, para conocer el aporte del agro al PBI durante el 2023. Por otro lado, se proyecta que más del 40% del ingreso de divisas del 2024 provenga del sector agropecuario, sosteniendo un gran protagonismo en la recuperación de reservas del país.

Hay medidas propuestas por el gobierno actual, muy cuestionadas por el sector agropecuario, debido al impacto de las mismas sobre la rentabilidad de producciones con márgenes muy sensibles. Hay trascendidos desde diferentes sectores del agro, solicitando espacios de debate y consenso, para eliminar o reformular muchas de estas medidas. La expectativa de estos sectores, en general, es ser parte de propuestas superadoras que propicien al desarrollo del agro, tanto para el crecimiento económico como un mayor ingreso de divisas por exportaciones.

En los siguientes gráficos se observa la sumatoria de producción, consumo y exportación de carnes (bovina, porcina y aviar) durante el 2023 a la izquierda, y la proyección 23/24 de producción, consumo y exportación de granos y subproductos (soja, maíz y trigo) a la derecha, expresado en millones de toneladas. Se observa que, de 6,4 millones de toneladas de carne producida durante el 2023, 5 millones fueron consumidas dentro del país, mientras 1 millón de toneladas fue exportada, representando algo más de 16% del total producido. Por otro lado, de una producción de granos proyectada en 118 millones de toneladas, solo 22 millones serían consumidas dentro del país, mientras 96 millones serían exportadas como grano, aceite o subproductos, que representa más del 80% del total producido.

El tercer gráfico muestra los precios de exportación FOB logrados por las carnes de vaca, cerdo y ave, durante el 2023, y los precios FOB actuales de soja, maíz y trigo.

Los gráficos simplifican el mensaje de que Argentina exporta gran proporción de volumen de materia prima de bajo valor, mientras exporta una pequeña proporción de sus carnes, cuyo precio más bajo, la de carne porcina, casi duplica el precio más alto de los granos, la soja.

La fluctuación de precios es otro condimento importante a la hora de visualizar el riesgo de una cadena productiva. En los siguientes gráficos pueden verse fluctuaciones de precios de los últimos 17 años, precios de exportación FOB para las carnes y precios pizarra para los granos. Cuando se calcula la distancia entre máximos y mínimos tenemos variaciones del 234%, 392% y 158% para carne bovina, porcina y aviar respectivamente, mientras se observan variaciones de 184%, 215% y 274% para soja, maíz y trigo respectivamente.

Si bien se observa mayor nivel de variación de precios en carnes que en granos, hay diferencias en cuanto a la composición del precio de estos bienes, mientras la fluctuación de precios de granos está determinada por el mercado, la de carnes además está afectada por la composición de las exportaciones, por lo que un año de precios altos puede reflejar buenos precios internacionales y/o una composición del precio promedio con mayor proporción de cortes de alto valor, mientras un año de precios bajos puede referirse a bajas del mercado y/o a mayor proporción de menudencias o cortes de bajo valor. Deja esto un área más de análisis, para desarrollar agregado de valor, a través de los productos que componen el precio promedio de exportación.

Este planteo podría ser utilizado para transmitir la idea de elevar el consumo interno de granos y subproductos, para aumentar la producción de carnes, y entonces aumentar las exportaciones de carnes, sin resentir el consumo interno, es decir, suplantar exportaciones de granos por exportaciones de carnes. La historia dice que este planteo no es simple a la hora de llevarlo a la práctica. En el siguiente cuadro se observa el crecimiento de producción y exportaciones de las tres carnes, que, a excepción de la producción porcina, cuyos niveles mínimos en 2013, 400 mil toneladas, permiten un crecimiento del 100%, puede decirse en términos de toneladas, que la carne ha crecido muy pobremente. Las exportaciones de carnes, parten de niveles muy bajos en 2013, por lo que muestran crecimientos muy altos para carne bovina y porcina, aunque menos importante para aviar. En granos puede observarse que el maíz ganó terreno productivo y de exportación, perdido parcialmente por la soja, y el trigo también sumó volumen de producción y exportación desde 2013 a 2023.

Los indicadores productivos agrícolas y pecuarios, como rendimiento promedio nacional de granos o porcentaje de destete de terneros en carne, por mencionar algunos, muestran la evolución de la productividad local, es decir, cuanta eficiencia se ha sumado a través de adopción tecnológica, manejo, etc., para elevar la producción en la misma superficie agrícola o con el mismo número de animales. Si bien es materia de análisis para otro informe, conocer estos indicadores, muestra cuan motivadas han sido las agro empresas para ganar productividad tranquera adentro en los últimos años, y a que distancia están los diferentes sistemas de sus techos productivos, a fin de fortalecer las condiciones en las que las agro empresas se desarrollan, y avanzar en la conquista de productividad.

Las demandas más fuertes del sector agropecuario apuntan a reglas claras de corto y mediano plazo, principalmente en lo impositivo y comercial, para dar previsibilidad en la toma de decisiones, que permita elevar el nivel de inversiones para ganar productividad y agregar valor.

Los plazos cortos de tiempos necesarios para producir granos respecto de carnes, junto a la percepción de incertidumbre por falta de reglas claras a través de los años, puede dar una de las respuestas al porque no avanza el consumo interno de granos para un avance en las exportaciones de carnes.

Dada la necesidad de elevar el ingreso de divisas al país y aportar al anhelado equilibrio fiscal, dado el potencial productivo que representan los granos para el agregado de valor, todo esfuerzo que se traduzca en aclarar el horizonte de mediano plazo, con aprobación o derogación de leyes atravesadas por espacios de consenso entre el sector productor y el gobierno, será bienvenido y se traducirá en la mayor motivación del sector agropecuario para invertir esfuerzo hacia el desarrollo de las cadenas productivas del país.   

Conclusiones: Pronto podrán hacerse los cálculos respecto del aporte que el agro hizo al PBI argentino 2023, año plagado de complicaciones productivas, financieras y fiscales, y una vez más se ratificará el protagonismo del agro en el crecimiento económico del país. Comunicar estos datos tiene sentido siempre que se traduzca en ajustes de reglas de juego que propicien al desarrollo productivo del país, engranaje clave para alcanzar el equilibrio.

Por Marianela De EmilioIng. Agr. Msc. Agronegocios – INTA Las Rosas

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